Capítulo 2: No le tengo miedo a nada.

Narra Charlotte:

Ya he llegado a Madrid, la casa es una mierda para empezar, tengo un vecino de mi edad, lo acabo de conocer, realmente es un feto mal parido, lleva los pelos de punta de las forma que parece una escoba, le das la vuelta y barres, lleva toda la cara llena de piercings y tiene cara de amargado, además huele a porro, a tabaco, a sudor, me da nauseas saber que al otro lado de la pared de mi nueva habitación esta tal elemento, tiene la música puesta a un volumen enorme, el flamenco, y esta cantando al ritmo de la canción, la canción es bonita pero cada vez que le oigo a el cantarla me entra ganas de romperle el disco, el piso esta sucio por fuera, te asomas y todo es un clima muy cálido, no hay árboles verdes, todos secos, no hay más que sol, y hace demasiado calor como par pensar, ¡Por  favor sacadme de aquí, esto es una pesadilla! ¿Como puede haber una ciudad tan sucia, tan bonita y con tanta mierda?, veo por la ventana a turistas ingleses, como están aquí ahora supuestamente habría que llamarlos ‘guiris’ me da pena llamarlos así, la gente de Inglaterra me resultaba agradable, es un polo opuesto a este, allí esta todo más ordenado, aquí se huele más la fiesta, el alcohol, el vino, los bares, llenos de gente riéndose, con las cervezas en la mano y chillando como locos, comiendo mientras tanto jamón, ¡Eso es! El jamón, llevo años sin tomarlo… ah… que rico que estaba, los bocadillos, apenas me acuerdo, solo tenía 6 años cuando me fui a Inglaterra a vivir , pero eso es lo que menos me importa, andamos en el mes de septiembre, y quedan solo 3 días para empezar un nuevo curso, 2º de bachiller, lo veo muy difícil y mas si es un colegio concertado, no tengo que tenerle miedo a nada, ni a la gente ni a nadie, todo va a salir bien, actuaré como que nada me importa, que yo sigo mi ritmo, que no me dejo influenciar, eso es, creo que así gustaré a la gente, con los dos pies sobre la tierra, haré amigas, tendré novio o eso creo… no hay que tenerle miedo a nada…